









El desafío estaba en transmitir confianza, frescura y energía en un entorno saturado de propuestas musicales. Teníamos que lograr que el público creyera en el proyecto y que los artistas sintieran que estaban frente a un verdadero festival.
La solución fue diseñar una identidad visual distinta, pensada para sobresalir en redes sociales y cautivar en segundos. Colores vibrantes pero equilibrados, una composición limpia y un flyer que gritaba: esto es nuevo, esto es real, esto es Sinergia.
El resultado: una primera edición que marcó la diferencia, artistas felices de subirse a un escenario auténtico y un público que se enganchó desde el primer impacto visual. Sinergia Fest se presentó al mundo como algo más que un evento: una experiencia cultural que conecta sueños, música y comunidad.